lunes, 1 de junio de 2015

The secret fate of all life

Este fin de semana he salido viernes y sabado hasta las siete de la mañana,  he bebido más de lo recomendable,  me he  reido mas de lo politicamente correcto y he visto true detective.
Y sin duda,  lo mejor,   ha sido true detective.

No es solo por las fantásticas interpretaciones de  Matthew McConaughe ( actor fetiche desde la adolescencia hasta el punto de tragarme todas sus ñoñas comedias románticas  )     y Woody Harrelson;  es también por la acertada banda sonora cercana al folk de Leonard Cohen , el hipnótico ambiente,  los opresivos movimientos de cámara y la potente estructura narrativa.



En mi opinión,  la serie en su conjunto posee un amplio abanico de interpretaciones,  pero sin duda,  la más inminente es la conexión entre la historia detectivesca prologada durante diecisite años y un trasfondo ontológico y relativista entre el bien y el mal.
Es sin duda un thriller  lejos de las convenciones de este formato (aunque irremediablemente caiga en algunos momentos en clichés )  que hace explícita su filosofía a través de las palabras y los hechos de los personajes.   La estructura narrativa  permite una mayor profundidad,  pues la historia narra casi simultáneamente tres periodos distantes en el tiempo contados por ambos protagonistas,  que se definen en función de sus propias referencias sobre sí mismos y sobretodo por las opiniones del otro protagonista.   También entra en este juego al final de la serie,  la mujer de Marty ( Woody Harrelson) que aporta claridad a la historia.     La coherencia de la historia nace de la reconstrucción del espectador,  vemos por tanto similitudes con otras películas como Pulp fiction o novelas como Pedro Páramo.   Gracias a ello,  la historia adquiere una gran riqueza narrativa.



Otro punto importante a su favor es el guión,  aunque es cierto que en ocasiones pueda resultar algo artificioso o pretencioso,    creo que es uno de los ases de la serie,  con importantes diálogos y frases para el recuerdo.   No te sacarás la voz de Rust ( Matthew McConaughe ) de la cabeza durante un tiempo repitiendo lo jodido que es el mundo y la degradación moral del hombre.

La evolución de los personajes es crucial en el transcurso de la serie,  y es Rust quien ejemplifica este proceso.   El primer Rust que creía que la autoconciencia del ser humano era un error en la evolución y que la extinción de nuestra raza era el mayor favor a la humanidad,  termina viendo luz en la oscuridad.   Crítico con los predicadores,  acaba por convertirse en uno de ellos.  Se acerca a una esperanza metafísica formada por el amor perdido y su victoria es saber quién es, conocer su dolor y asumirlo sin mentiras tranquilizantes.  Marty sin embargo,   cede al autoengaño y no es sincero consigo mismo,  con su familia,  con Rust,  ni con la policía.   Su idílica y acomodada vida se derrumba,  está perdido por no saber quién es,  y la idea de Dios ya no le ayuda.   La relación entre Marty y Rust también evoluciona casi por contrastes temporales,  entre ese amor y odio,  admiración y rechazo,  interés e indiferencia,  finalmente acaba venciendo el lado más humano de ambos,  el perdón de redecillas pasadas.



Así pues, si  Rust tiene razón,  si Nietzche tiene razón,  y nuestra vida no es más que un eterno retorno y todo lo que hacemos lo haremos interminablemente durante toda la enternidad... Me alegrará saber que veré true detective una y otra y otra y otra y otra  vez.